sábado, 16 de junio de 2007

dj

me gustaría ser dj. no de una radio, sino de un bar o discoteca. claro, tendría que ser un sitio de aquellos que tocan la música que me gusta (unos pocos), en los que -¡oh, tragedia!- hay verdaderos discjockeys, profesionales, que además de hacer bien su trabajo deben cuidar bastante su puesto. así que no creo que mis aspiraciones de hacer bailar o pasar un buen rato a la gente escuchando las canciones que yo elija se haga realidad y tendré que conformarme con seguir siendo periodista.

pero como todo en esta vida se compensa de algún modo, he tenido la suerte de poder dar rienda suelta a mis aptitudes de dj en la oficina (una en la que trabajé hasta hace poco). allí, contraviniendo las serias y ceñudas reglas impuestas por el departamento de administración (estaba prohibido escuchar música en las computadoras y debíamos conformarnos con una radio misia que sonaba a través de parlantes en toooodo el edificio) cada día era una fiesta, al menos en lo que al área de prensa se refiere.

y es que sólo puedo trabajar si tengo una buena banda sonora como fondo. una redacción silenciosa en la que sólo se sienta el sonido que hace cada quien con su teclado me parece una pesadilla. en este momento, en que escribo sola en mi computadora, tengo los audífonos puestos mientras los pixies suenan.

volviendo a aquel trabajo, en franca rebeldía poníamos música todo el tiempo y yo, tengo que confesarlo, me comportaba como una dictadora que hacía escuchar a los demás lo que quería. aunque nunca nadie se quejó. gracias a dios todos compartíamos el gusto por los 80 y los 90, el rock y el britpop.

por ahí desfilaron los smiths y el gran moz, blur, u2, depeche mode, tha clash, cerati, molotov, cristina rosevinge, lightning seeds, james y muchos más. de todo como el botica. dependiendo de mi estado de ánimo a veces ponía también música brasileña (perfecta cuando uno está feliz o enamorado), chill-out andino (¡miki gonzález corazón! aunque tenga detractores) o los temas de mi rey bosé.

las cosas que más me hacen recordar son los olores y la música. y recordaré esa oficina y a los amigos con los que compartí más de un año mucho trabajo, hartas risas, buena onda y no pocas chelas cada vez que escuche "you only live once" de los strokes, "babies" de pulp, "dos en la ciudad" de fito paez y "el burro amarrado en la puerta del baile" del último de la fila.

cuando me fui, uno de ellos me escribió un mail que decía: "gracias por hacer de este trabajo el que mejor música he escuchado". gracias a ti, mas bien. es uno de los mejores halagos que me han hecho.

1 comentario:

Mariano Orosco Zumarán dijo...

Hola, Bego:

Felicitaciones por incorporarte por fin a la creciente legión de bloggers (los que admiras y los otros).

Me ha gustado mucho este post, tal vez porque yo mismo me he sentido como tú en más de una ocasión. Me gusta estar "tras bambalinas" durante las fiestas, haciendo lo posible por pasar desapercibido... o tratando de hacerme notar a través de la música que ponga.

Sí, por lo general, en las escasas reuniones de amigos o familiares a las que suelo asistir, procuro colocarme detrás del equipo y al lado de los discos disponibles, (mientras más, mejor), en medio de algo que he amado desde que tengo uso de razón.

Es una sensación maravillosa ver a la gente disfrutar de un tema que tú has decidido reproducir, hacer que tus amigos conozcan un oscuro single de tal o cual artista, que se interesen por un músico que jamás oirán en las radios comerciales... en fin.

Ser DJ (en una fiesta entre amigos o gente que de verdad aprecie una buena canción) es una gran cosa. Si no, pregúntale al protagonista de "Alta Fidelidad" (asumo que has visto el film), que en algún momento de su vida hace de pinchadiscos en una concurrida discoteca, el local en que conoce a la mujer de su vida.

Bueno, no te quito más tiempo. Sigue escribiendo siempre que puedas, Bego. Así como hasta el más serio disfruta de tu compañía, tus ocurrencias y tu buen humor, siempre —en cualquier momento (hasta de madrugada)— será un gusto leerte.

Mariano